Antigua curtiduría del s. XVIII, restaurada por el arquitecto Pere Puig i Rodríguez. Se museizó hace 30 años y muestra cómo se realizaba el arte del curtido de la piel grande (buey, vaca, etc.) antes de la industrialización. Conserva las dos plantas características de una curtiduría preindustrial: la ribera (o planta baja, donde se realizaban las operaciones de preparación y abono de pieles) y el tendedero (en la planta superior, donde se extendían las pieles para el secado). Declarada Bien Cultural de Interés Local.

Baixada de la Unió, 26